EL YACIMIENTO CERRO DE LOS BURROS
La elevación conocida como Cerro de los Burros esta ubicada en el S/W del departamento de Maldonado. Dista aproximadamente un kilómetro de la margen septentrional del Río de la Plata y su altura es de 170 metros sobre el 0 de las aguas. Sus coordenadas son: 34° 49’ S; 55° 18’ W (Meneghin 1977, 1994).
Está comprendido dentro del accidente geográfico conocido como Sierra de las Ánimas la cuál se extiende desde la ciudad de Piriapolis hasta el abra de la Coronilla a 10 kilómetros al W- SW de la ciudad de Minas. Petrográficamente es considerado como un macizo de riolita y otras rocas ígneas de Edad Cambriana
Las noticias referentes a la existencia de vestigios arqueológicos en esta zona del Departamento de Maldonado se remontan a varios decenios. En efecto, a fines de la década del 50 se realiza el hallazgo de numerosos artefactos líticos en un predio ubicado en la base del Cerro de los Burros, hacia la costa del Río de la Plata. Los hallazgos son de superficie y como hecho sobresaliente se señala la aparición de varias piezas bifaciales de notables características, elaboradas en materia prima local, una variedad de riolita de color marrón violáceo (Cordero, 1960)-
Con posterioridad y ya en la década del 60 son varios los investigadores que visitan el área citada, las laderas y cumbre del cerro. Entre otros cabe mencionar al arqueólogo Antonio Taddei, a Raúl Campá Soler y al geomorfologo Jorge Chebataroff.
Taddei realiza las primeras recolecciones sistemáticas de material de superficie en las ladera este del cerro. No obstante, los hallazgos efectuados en ese momento son considerados en general de poca relevancia por lo que no prosperan estudios posteriores.
A principios de 1970 Antonio Taddei pone en conocimiento de Ugo Meneghin los antecedentes de lo actuado en la zona, circunstancia que motiva que a partir del 1o de mayo del mismo año se desarrolle una intensa actividad de investigaciones de campo las que se prolongan hasta 1978.
Durante ese dilatado periodo de tiempo se pudo constatar las reales dimensiones de la localidad arqueológica que consta de una superficie de 4 km2. aproximadamente. Dentro del perímetro señalado se determinó la existencia de cinco yacimientos en los cuales se efectuaron innumerables recolecciones sectorizadas de material de superficie, la mayoría de ellas en las inmediaciones del cerro, principalmente en el denominado yacimiento I ubicado en su vertiente este. Asimismo en el denominado yacimiento, II ubicado en la cumbre del cerro, se instrumentaron, en etapas sucesivas, excavaciones mediante niveles artificiales de 5 cm. en un depósito de escasa profundidad.
Las mencionadas excavaciones han demostrado que en este yacimiento II de la cumbre del cerro existe una capa culturalmente fértil de espesor variable compuesta mayoritariamente por restos de elaboración y desechos de talla. También se han exhumado dentro de la citada capa numerosos artefactos bifaciales de singulares características, asignadas a más de una modalidad de puntas de proyectil lítica, las que fueron abandonadas en el sitio muy probablemente a través de varios eventos ocupacionales.
Una de esas modalidades es claramente identificable por la presencia de varios ejemplares de puntas de proyectil Fell I. La otra modalidad está evidenciada por la presencia de numerosos fragmentos basales y apicales de puntas bifaciales apedunculadas los que indicarían la existencia de puntas lanceoladas o foliaceas como producto final (Nami 2001). Cabe mencionar también la presencia de algún artefacto con señales de pulido (Meneghin 2000 a, 2000 b).
La gran cantidad de restos líticos esparcidos en superficie y la presencia de numerosos artefactos bifaciales fracturados, es un indicador elocuente para definir al yacimiento II (Cumbre) como taller o cantera. El sitio, sintetiza el Dr, NAMI, puede representar un palimpsesto de vestigios de distintos grupos de cazadores recolectores a lo largo del tiempo (NAMI com. per. 2005).
La particular circunstancia de hallarse el yacimiento al aire libre y situado en la cumbre del cerro, no ha propiciado la acumulación de capas sedimentarias, motivo por el cuál se carece de toda referencia cronológica. No obstante las recientes dataciones radiocarbonicas obtenidas en el cercano yacimiento URUPEZ II, situadas a finales del Pleistoceno, podría ser un referente cronológico a considerar ya que, la similitud observada en los materiales recuperados en ambos yacimientos sugieren una posible contemporaneidad. (Meneghin 2004, 2005, 2006).
El inventario del material procedente del Cerro de los Burros se sitúa en las 15.000 unidades, siendo conservadas en dependencias de la Fundación Arqueología Uruguaya
BIBLIOGRAFÍA
Cordero, S. 1960. Los Charrúas. Síntesis etnográfica y arqueológica del Uruguay. Pp 1-333, figs. 1-214. Editorial Mentor, Montevideo
Meneghin, U. 1977. Nuevas investigaciones en los yacimientos del Cerro de los Burros. Pp.1-26, láms. 1-3, figs. 1-45. Imp. Timón, Montevideo.
Meneghin, U. 1994. Breves puntualizaciones sobre la industria lítica del Cerro de los Burros y su área de dispersión (Maldonado, Uruguay). Comunicaciones Antropológicas del Museo de Historia Natural de Montevideo, 2(17):1-21, láms. 1-5.
Meneghin, U. 2000a. Primer registro de un artefacto discoidal (?) paleoindio del Uruguay. Comunicaciones Antropológicas del Museo de Historia Natural de Montevideo, 2(19):1-12, láms. 1-3.
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Meneghin, U. 2005. Yacimientos arqueológicos tempranos del Uruguay. Orígenes, 3:1-24, láms. 1-5. Montevideo.
Meneghin, U 2006. Consideraciones sobre dos registros radiocarbónicos (C-14) en el yacimiento Urupez, Maldonado, Uruguay. Montevideo: Fundación Arqueología Uruguaya.
Nami, H. 2001b. Consideraciones tecnológicas preliminares sobre los artefactos líticos de Cerro de los Burros (Maldonado, Uruguay). Comunicaciones Antropológicas, 3(21):1-24, láms. 1-8. Museos Nacionales de Historia Natural y Antropología, Montevideo.
